dijous, 19 de febrer del 2009

Catalunya acumula nuevos agravios, de Jordi Barbeta aparegut a La Vanguardia el 18 de febrer de 2009


La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut se ha convertido
en una auténtica espada de Damocles, y el repetido aplazamiento de la
financiación autonómica está afectando a la dignidad de las instituciones
y de las fuerzas políticas catalanas. A ello hay que añadir una política
del Gobierno Zapatero que, por una parte, ralentiza hasta la exasperación
el desarrollo del Estatut y, por otra refuerza los poderes decisorios de
la Administración central, El ejemplo más inmediato consiste en restringir
a las ONG de ámbito estatal el pago de subvenciones procedentes de la
recaudación del IRPF. Más allá de la filosofía que inspira, esta
iniciativa dejará sin subvención a la mitad de las ONG catalanas. De ahí
que el propio tripartito, urgido por ERC e ICV, pero también esta vez por
el PSC, haya anunciado la presentación de un conflicto de competencias
ante el Tribunal Constitucional.

Que la situación es grave lo pone de manifiesto el hecho de que coinciden
prácticamente en la misma observación el presidente de la Generalitat,
José Montilla, el líder de la oposición, Artur Mas, y el líder de Esquerra
Republicana, Joan Puigcercós, aunque en público cada cual modula su
discurso de acuerdo con sus intereses. Sin ir más lejos, ayer en el
Consell Executiu, y sobre todo el lunes en la reunión de la ejecutiva del
PSC, Montilla expresó con mayor gravedad que de costumbre su estupor ante
"la actitud del Gobierno y de los ministerios". El president y primer
secretario del partido no hizo más que asumir el clamor contra la actitud
del Gobierno que hicieron sentir varios dirigentes. Pero si normalmente
son los representantes del sector catalanista del partido los que
protestan más amargamente, el lunes fue el propio líder parlamentario en
Madrid, Daniel Fernández, quien comentó "lo difícil que se nos están
poniendo las cosas a los 25 diputados del PSC".

Fernández y la ex consellera Carme Figueras y la secretaria del Govern,
Laia Bonet, hicieron especial referencia a la reciente orden del
Ministerio de Educación, Política Social y Deportes de restringir las
subvenciones procedentes del IRPF a las ONG de ámbito estatal. (Véase
sección Tendencias.) Políticamente es un asunto relevante porque se trata
de un compromiso electoral específico del PSC que no figura en el programa
del PSOE. En esta ocasión es el PSC el que exige lealtad. Ya se produjo en
el Congreso la votación de una moción sobre este asunto que el PSOE no
tuvo más remedio que apoyar para evitar que el PSC rompiera la disciplina
del grupo parlamentario. Sin embargo, el Gobierno se niega a aplicar el
mandato del Congreso. Si vuelve a plantearse una votación, los diputados
del PSC, con la ministra Chacón al frente, no tendrían otra opción que
defender su programa electoral diferenciado.

La crisis económica, la crisis del PP y las elecciones vascas y gallegas
están relegando la agenda política catalana, pero la efervescencia va
creciendo en todos los frentes. El Govern tuvo que salir al paso de la
pretensión del Tribunal Constitucional de suprimir la referencia a los
"símbolos nacionales" que figura en el Estatut de Catalunya, tal como
informó ayer La Vanguardia.El conseller de Governació, Jordi Ausàs,
ejerciendo de portavoz del Ejecutivo, declaró: "No hay ninguna ley que
pueda eliminar lo que son nuestros símbolos nacionales ni el concepto
nacional de Catalunya".

El Govern tuvo que reiterar también su rechazo de la propuesta de
financiación autonómica planteada por el Gobierno español. Los consellers
de Esquerratenían órdenes de romper el silencio que impuso la semana
pasada el president Montilla. Hablaron pero constataron que todo está como
estaba. El asunto de la financiación es la peor amenaza al tripartito, El
líder republicano, Joan Puigcercós, teme una nueva rebelión de los
militantes independentistas si el Govern no presenta un acuerdo
inequívocamente satisfactorio y los sectores críticos ya han advertido que
forzarán un referéndum. La dirección de ERC intenta apaciguar los ánimos
exigiendo al PSC una revisión del pacto tripartito y un giro nacionalista.

Los partidos miembros de la coalición gubernamental acusaron al Gobierno
español de "insensibilidad" e incluso de "actuar como trileros" en el
asunto de la financiación autonómica, que ha quedado definitivamente
postergada hasta después de las elecciones vascas y gallegas. Pero desde
CiU, los reproches iban dirigidos al Govern: Oriol Pujol declaró: "Con
Catalunya ya se atreve todo el mundo y eso ocurre porque quien tiene que
defender el país no lo está haciendo".

El Estatut, la financiación, las políticas centralizadoras... Una
sensación de agravio sistemático se está apoderando por enésima vez de la
política catalana y la indignación que genera lleva camino de provocar
diversos conflictos en paralelo: entre el Govern de Catalunya y el
Gobierno de España, entre el PSC y el PSOE, entre los aliados del propio
tripartito y, por supuesto, va a exacerbar la pugna entre el Govern y la
oposición en el Parlament. Y todo porque, de repente, parece como si las
amenazas al autogobierno se multiplicasen de la misma manera que se
oscurece el firmamento antes de que la tormenta descargue su aparato
eléctrico.