Le adjuntamos la ficha editorial de SOY HIJO DE LOS EVUZOK, nueva ediciónde este mes de octubre. Aprovechamos la ocasión para informarle que a travésde nuestra página web (www.ariel.es) puede informarse del resto denovedades, así como de todo nuestro catálogo. Estamos a su disposición para la información que necesite. Saludos cordiales,
Editorial Ariel (Grupo Planeta)
Avda. Diagonal, 662-664 7ª Pl.
08034 Barcelona
Sinopsis
En 1961 Lluís Mallart marchó a Camerún como
misionero. El contacto cotidiano con una realidad
cultural distinta, en plena crisis del sistema colonial
con la proclamación de las independencias
africanas, llevó al autor a reflexionar sobre el
sentido de su misión. Poco a poco, se fue
convenciendo de que debía ser infiel a su misión
y se convirtió en antropólogo.
Soy hijo de los Evuzok no es un tratado de
Antropología. Es una iniciación académica –pero
no por ello menos rigurosa— para descubrirla y
practicarla, que nos recuerda cuán cerca está de
nosotros el continente africano y cuán lejos está
aún de los departamentos de Antropología de
nuestras universidades. A finales de 2006 Lluís
Mallart realizó un corto viaje al Camerún para
presentar sus dos hijos a los Evuzok que los
reconocieron como sus “nietos”. La presente
edición concluye con un epílogo escrito por Myriam
Mallart en el que nos transmite la emoción de
descubrir un mundo a la vez familiar y lejano.
misionero. El contacto cotidiano con una realidad
cultural distinta, en plena crisis del sistema colonial
con la proclamación de las independencias
africanas, llevó al autor a reflexionar sobre el
sentido de su misión. Poco a poco, se fue
convenciendo de que debía ser infiel a su misión
y se convirtió en antropólogo.
Soy hijo de los Evuzok no es un tratado de
Antropología. Es una iniciación académica –pero
no por ello menos rigurosa— para descubrirla y
practicarla, que nos recuerda cuán cerca está de
nosotros el continente africano y cuán lejos está
aún de los departamentos de Antropología de
nuestras universidades. A finales de 2006 Lluís
Mallart realizó un corto viaje al Camerún para
presentar sus dos hijos a los Evuzok que los
reconocieron como sus “nietos”. La presente
edición concluye con un epílogo escrito por Myriam
Mallart en el que nos transmite la emoción de
descubrir un mundo a la vez familiar y lejano.
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